jueves, 16 de mayo de 2013

17: Feliz cena [Emerick]


17

Feliz cena

Emerick



Salí de nuestro baño con aquella suculenta trucha en mi mano y en la otra, el reproductor de música de Achlys. Todavía no salía de mi asombro, aunque esa chica me resultaba fascinante y sospechosa por partes iguales. No era común, eso estaba claro. Se había dado cuenta de todas esas cosas mientras yo le contaba la historia de Claire y la información básica sobre este lugar. ¿Se daría cuenta de más cosas? En cierta parte, estaba un poco receloso de que así fuera, pues esta era ya como mi casa y no me gustaba que vinieran extraños a meter las narices en nuestros asuntos.
Miré la trucha mientras me dirigía a la parte de nuestra caverna a la que llamábamos el salón. Allí solíamos juntarnos todos mientras no teníamos nada que hacer, que eran ocasiones más bien escasas a decir verdad. Por un momento, antes de entrar, me di la vuelta y me dirigí a la cocina. Allí es donde solían estar Claire y Aaron y no quería que todos se enterasen del hallazgo de nuestra nueva compañera.

Efectivamente, estaban allí. Claire cocinaba algo que olía tremendamente bien y Aaron estaba arreglando un horno, que cada vez que lo encendíamos sacaba unas chispas terribles. Era un manitas, suerte que lo teníamos a él o de lo contrario, Olenna no nos hubiese dado absolutamente nada nuevo y es más, nos hubiese hecho pagar por el destrozo que suponía haber estropeado el horno. Aunque fuera a causa de cocinar sin parar para sus queridos Alphas, que a la vez eran comida de sus queridos Especiales.  

—Por cortesía de nuestra nueva invitada, tenemos una cena poco común, señores y señoras —dije en voz alta mientras alcé la trucha dentro de mi puño, que ya no peleaba por sobrevivir.
—¡Caray! ¡Un pez! —dijo Aaron, con brillo en los ojos, mientras se limpiaba la grasa negra como el carbón en un trapo. Era obvio que no sabía qué clase de pez era, pero estaba feliz.
—Pero… ¿Cómo es posible? —preguntó después Claire, mientras tapaba la olla que emanaba esa deliciosa olor.
—No lo sé, la llevé al canal para que se lavase y salió con esto en la mano. Nunca en lo que llevo aquí había visto ningún pez en ese dichoso canal de agua.
Las palabras sobraban. Aaron estaba sonriente y parecía contento del hallazgo de Achlys, no le daba más importancia. No pensaba más allá del hecho de que había sacado un pez del canal. Era corto de entendederas y a veces me sacaba de mis casillas. Por suerte, Claire, pareció darse cuenta.
—Nadie puede coger peces con la mano… ¿No? —dijo algo dudosa.
—Yo pensé lo mismo que tú, Claire, pero así es. Y se ha dado cuenta de lo del control de la comida, porque me ha dicho que ya tenemos cena mientras sacaba esto —puse el pez sobre la encimera y Claire se apresuró a envolverlo en un papel especial, para que se conservase fresco.
—¡Es una genia! —dijo Aaron.
Al parecer, unos más que otros, estábamos de acuerdo con esa afirmación.



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