jueves, 25 de abril de 2013

14: La historia de Claire [Aaron]


14

La historia de Claire

Aaron



Esa chica no paraba de sollozar, entre mis brazos. Cada lágrima suya era como un puñal que me atravesaba el corazón. Su sufrimiento era el mío. Todo por culpa de la bruja. Ella tenía a su hermana recluida como Alpha, y Claire, se ofreció como sirviente mientras veía cómo se la llevaban.

Entraron en su casa, a altas horas de la noche. Ellas dos estaban solas en la casa, ya que sus padres viajaban mucho debido a sus respectivos trabajos. Las dos dormían puerta con puerta y oyeron unos ruidos extraños. En cambio, Arianne, su hermana, tenía un sueño muy profundo pero Claire era de sueño ligero. Gracias a eso, pudo ver cómo unos extraños seres se llevaban a su querida hermana. Un hombre con mezcla de murciélago y cabra, la llevaba en su hombro y Claire, en lugar de verse amedrentada por lo horrible de la situación, intentó hablar con el hombre.

“—¿Por qué te la llevas? —le preguntó al engendro.
—Porque la necesitamos, niña. A los Especiales no les gusta compartir Alphas… —le dijo la bestia, mientras bajaba las escaleras de su casa.
—Llévame a mí también. Ayudaré a esos Especiales si me llevas con mi hermana, por favor —le suplicó Claire.”

Así que se la llevó, divertido por sus llantos y súplicas. Una vez en el castillo, Olenna le dijo que la iba a enterraría mientras que a su hermana no le faltaría de nada. Sería feliz hasta que los Especiales la consumieran, después de tantos usos, cuando su sangre no fuese fresca y se envejeciese. Olenna, le puso una cláusula especial, a su contrato verbal. Si lograba escapar de la tumba, se quedaría con los Sirvientes, para siempre. Sería la sirviente más valorada por Olenna. Claire, aceptó, pues no tenía nada qué perder y esa mujer no tenía pinta de querer negociar.

Emerick y yo, oíamos los horribles y escalofriantes gritos que profería Claire en su tumba. Gracias a eso, pudimos salvarla. Fue la primera vez que descubrimos que podíamos rescatar vidas, evitar que muriesen enterradas. A partir de ese día, Olenna le asignó la tarea de poder salir del castillo para que no faltasen provisiones para los Alphas. Se lo dijo a ella, porque sabía que volvería por su hermana. Hasta el día de hoy, tan solo hemos salvado a dos personas de las tumbas. A Claire y a la chica que acababa de llegar.

—Algún día saldremos de aquí, Claire. Te lo prometo —le dije mientras la abrazaba y sus llantos se amortiguaban contra mi pecho.
—Eso espero. Estoy cansada de todo esto —me confesó Claire, aunque yo ya lo sabía. Lo leía en sus ojos cada día.
—Lo sé. Debemos tener fe, Claire. Ahora, a lo mejor cambian las cosas por aquí con esos dos peleándose a cada minuto. ¿Los has visto? —le dije mirándola dejando escapar una pequeña risa, con el fin de animarla.
—Sí, la verdad es que es divertido. Todas las chicas se morirían por acabar en los brazos de Em tal y como lo ha hecho ella antes… ¡Y va y le rechaza! La cara de Em ha sido lo mejor —dijo con una risa, mientras las últimas gotas saladas se esfumaban de sus ojos.
—¿Todas las chicas?
—Bueno… casi todas.
—Eso está mejor. Mucho mejor —le contesté con una sonrisa, abrazándola entre mis brazos. Como si eso pudiera protegerla de todas las desgracias que estaban por venir.




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